Escuchando una emisora de radio esta mañana sonó una canción de Chambao con este título, y cuya temática es la inmigración ilegal procedente del Norte de África. Eso me ha hecho recordar cómo ha cambiado la posición del gobierno en esta cuestión, que ha ido desde el famoso “papeles para todos” al actual “maletas para todos”.
La inmigración, como concepto sociológico, conlleva una serie de variables entre las que se encuentran la demanda de empleo, la economía, el clima… y esas variables han hecho que la percepción de dicho movimiento haya sido diferente a lo largo del tiempo, también para muchos de los que hoy apoyan las nuevas medidas de la UE al respecto. Y es que a nadie se le olvida que hace unos años, los europeos que debían marchar hacia EEUU maldecían la cantidad de trámites que debían llevar a cabo. A nadie se le olvida que el concepto de derecho de libre circulación de las personas, y el concepto romántico de “no poner barreras al campo” han sido defendidos por muchos de los que hoy defienden a esa población inmigrante como “simple mano de obra”, es decir, como un activo de un sistema de producción.
En muchas de las tertulias que inundan los programas matutinos se han defendido estas nuevas medidas proteccionistas y conservadoras, por considerar que en época de crisis debemos ser coherentes con nuestros recursos, para no perder nuestro estado del bienestar. Y eso, en mi opinión, es una forma muy poco caballerosa de echar el problema encima de los inmigrantes, acusándoles a ellos de nuestros errores de cálculo, privándoles de libertad mientras se realizan gestiones de repatriación, y todo bajo el manto unido del enfoque europeo común. Estas medidas está claro que son eficaces a nivel económico, y se podría decir también a nivel político, porque alejarían de nuestro gobierno los fantasmas que dicen que una parte de sus votantes empieza a estar descontenta con las medidas sobre inmigración que venía defendiendo el gobierno.
No creo encajar en ninguna de las dos posiciones antagónicas que se están barajando, pero lo que sí sé es que no es ético marear a las personas que hasta hoy nos han sido útiles con “efectos llamada” para ayudarles ahora a cerrar sus maletas para no volver, al menos hasta que vuelvan a ser necesarios.
La inmigración, como concepto sociológico, conlleva una serie de variables entre las que se encuentran la demanda de empleo, la economía, el clima… y esas variables han hecho que la percepción de dicho movimiento haya sido diferente a lo largo del tiempo, también para muchos de los que hoy apoyan las nuevas medidas de la UE al respecto. Y es que a nadie se le olvida que hace unos años, los europeos que debían marchar hacia EEUU maldecían la cantidad de trámites que debían llevar a cabo. A nadie se le olvida que el concepto de derecho de libre circulación de las personas, y el concepto romántico de “no poner barreras al campo” han sido defendidos por muchos de los que hoy defienden a esa población inmigrante como “simple mano de obra”, es decir, como un activo de un sistema de producción.
En muchas de las tertulias que inundan los programas matutinos se han defendido estas nuevas medidas proteccionistas y conservadoras, por considerar que en época de crisis debemos ser coherentes con nuestros recursos, para no perder nuestro estado del bienestar. Y eso, en mi opinión, es una forma muy poco caballerosa de echar el problema encima de los inmigrantes, acusándoles a ellos de nuestros errores de cálculo, privándoles de libertad mientras se realizan gestiones de repatriación, y todo bajo el manto unido del enfoque europeo común. Estas medidas está claro que son eficaces a nivel económico, y se podría decir también a nivel político, porque alejarían de nuestro gobierno los fantasmas que dicen que una parte de sus votantes empieza a estar descontenta con las medidas sobre inmigración que venía defendiendo el gobierno.
No creo encajar en ninguna de las dos posiciones antagónicas que se están barajando, pero lo que sí sé es que no es ético marear a las personas que hasta hoy nos han sido útiles con “efectos llamada” para ayudarles ahora a cerrar sus maletas para no volver, al menos hasta que vuelvan a ser necesarios.
1 comentario:
La verdad es que estas decisiones europeas dejan mucho que desear, sobre todo por lo contradictorio. Aumenta la ayuda a los paises en vías de desarrollo y se dedican a hacer cumbres internacionales, pero no dejan que esos ciudadanos vengan en busca de un futuro mejor, de momento (como bien dices).
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