jueves, 26 de junio de 2008

España en mayúsculas

Tras una semana en la que diversos dirigentes nacionalistas se han dedicado a mostrar su apoyo público a selecciones nacionales diferentes a la española, en la que el segundo plan soberanista sigue germinando en las mentes de los amigos de los terroristas, la realidad ha vuelto a poner las cosas en su sitio.

Las calles de todas las ciudades españolas se vistieron ayer del rojo pasional de la selección, que nos dio una alegría a pesar de las malas vibraciones que debían recibir de según que personajes. Y es que algunos siguen empeñados en hacer de cualquier cosa una herramienta política, y de exprimir hasta el último de los gestos para argumentar lo ilógico, para legitimar lo irracional.

El panorama a partir de hoy no es mucho mejor. Una selección que va a jugar con las ilusiones de la mayoría de los españoles pegadas a sus botas, impregnadas en sus camisetas, sean del color que sean, mientras algunos, y no miro a Joan Puig, no sabrán a qué selección animar. Quizás no vea el partido, no sólo porque los finalistas sean Alemania y España, que ya es mala suerte, sino porque Cuatro no se ha dignado a retrasmitirlo en Catalán, para favorecer a las culturas más inferiorizadas.
Quizás nadie se acordó de enviarle la carta a Cuatro animándole a retrasmitir en la lengua de Puigcercós o en la de Urkullu, quizás estaban todos animando a Rusia y no se acordaron. Aún están a tiempo.

miércoles, 25 de junio de 2008

Ministerio del despiste

Estamos ante el gobierno del despiste. Se distrae la opinión pública con juegos de palabras mientras la economía no hace más que demostrarnos lo equivocadas que son nuestras políticas, y mientras tanto, somos víctimas de un engaño tras otro, de un cambio de rumbo según venga el viento, y de una desorientación de los integrantes del gobierno.

Un ejemplo claro es el tema de la doble moral en temas de igualdad: Hace unos días salió a la palestra una sentencia dictada por el Tribunal Supremo que establece que las administraciones autonómicas tienen competencias para negar las subvenciones a aquellos centros de educación diferenciada. Ayer, y para sorpresa de la mayoría de los españoles, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha reiterado su intención de poner en marcha una biblioteca por y para mujeres.

Y digo yo ¿qué medida es más discriminatoria? No creo que crear ghettos de mujeres leyendo libros de mujeres en locales de mujeres haga que éstas se integren más en la sociedad, que se sientan menos discriminadas. Se me ocurren muchas otras cosas para promover la igualdad entre ambos sexos, y no sólo medidas proteccionistas y discriminatorias que hacen que la sensación de la población sea que este nuevo ministerio es el ministerio del despiste.

jueves, 19 de junio de 2008

Grabar o no gravar

Sigue la batalla de los internautas y organizaciones de consumidores en contra del canon digital, y hoy, en diferentes medios, se han dado razones más que suficientes para revisar la normativa en vigor y estudiar de nuevo las consecuencias de dichas medidas.

Y es que hay muchos sectores implicados en este tema: Por un lado, los artistas que verán recompensado, en mayor o menor medida, el declive de la venta de cds; por otro, la sociedad española, más internauta que nunca, a la que se le está tratando como supuestos delincuentes cada vez que compran un cd o hacen uso de un mp3. También las tiendas de informática están implicadas, y los vendedores de tecnología que verán incrementados los precios de sus productos.

No sé si se han parado a pensar que un ciudadano actual, con todas las herramientas que existen para poderte comprar un cd en Pekín y un mp3 en Australia, y tenerlos en casa en 3 días, no va a dudar en adquirir dichos productos tecnológicos fuera de nuestras fronteras, en países que no tengan este tipo de gravamen. Eso va a afectar a las pequeñas y medianas empresas, que van a ver como sus ventas decrecen.

A su vez, no creo que la aplicación de esta medida sea muy coherente. Sobre todo si pienso que el gobierno socialista que la pone en marcha ha vendido por activa y por pasiva que sus políticas son siempre progresistas, y pone en marcha una serie de gravámenes fijos según las características del producto, es decir, voy a pagar 12 euros de más por una impresora de oferta de 50 euros, y lo mismo pagará el que compre una impresora de 600 euros, industrial, y que hará seguramente miles de fotocopias más que yo.
Sigo sin ver claro el tema del canon digital, y no creo que las informaciones que van surgiendo en torno a este tema vayan allanando el terreno al beneplácito de los consumidores. Ellos sabrán lo que hacen.

Papeles mojados

Escuchando una emisora de radio esta mañana sonó una canción de Chambao con este título, y cuya temática es la inmigración ilegal procedente del Norte de África. Eso me ha hecho recordar cómo ha cambiado la posición del gobierno en esta cuestión, que ha ido desde el famoso “papeles para todos” al actual “maletas para todos”.

La inmigración, como concepto sociológico, conlleva una serie de variables entre las que se encuentran la demanda de empleo, la economía, el clima… y esas variables han hecho que la percepción de dicho movimiento haya sido diferente a lo largo del tiempo, también para muchos de los que hoy apoyan las nuevas medidas de la UE al respecto. Y es que a nadie se le olvida que hace unos años, los europeos que debían marchar hacia EEUU maldecían la cantidad de trámites que debían llevar a cabo. A nadie se le olvida que el concepto de derecho de libre circulación de las personas, y el concepto romántico de “no poner barreras al campo” han sido defendidos por muchos de los que hoy defienden a esa población inmigrante como “simple mano de obra”, es decir, como un activo de un sistema de producción.

En muchas de las tertulias que inundan los programas matutinos se han defendido estas nuevas medidas proteccionistas y conservadoras, por considerar que en época de crisis debemos ser coherentes con nuestros recursos, para no perder nuestro estado del bienestar. Y eso, en mi opinión, es una forma muy poco caballerosa de echar el problema encima de los inmigrantes, acusándoles a ellos de nuestros errores de cálculo, privándoles de libertad mientras se realizan gestiones de repatriación, y todo bajo el manto unido del enfoque europeo común. Estas medidas está claro que son eficaces a nivel económico, y se podría decir también a nivel político, porque alejarían de nuestro gobierno los fantasmas que dicen que una parte de sus votantes empieza a estar descontenta con las medidas sobre inmigración que venía defendiendo el gobierno.

No creo encajar en ninguna de las dos posiciones antagónicas que se están barajando, pero lo que sí sé es que no es ético marear a las personas que hasta hoy nos han sido útiles con “efectos llamada” para ayudarles ahora a cerrar sus maletas para no volver, al menos hasta que vuelvan a ser necesarios.

sábado, 7 de junio de 2008

Polémica en el aire

La polémica entre Plataforma per la Llengua y Air Berlin me parece el episodio más humorístico en el que estos personajes se han visto involucrados. Pase que reinventen la historia para basar en ella sus políticas lingüísticas, pase que para ello gasten millones de euros en campañas a favor del uso de la lengua catalana, pase que con esas campañas busquen la minusvaloración de la otra lengua oficial de las islas…

Pero de ahí a intentar entrar en la forma que cada empresa privada tiene de comunicarse con sus clientes, hay un abismo. Y es que resulta que no se les había ocurrido otra cosa que intentar convencer al señor Joachim Hunold de que sus empleados debía usar el catalán con sus pasajeros en los vuelos que tuvieran origen y destino en las islas y en el resto de territorios de habla catalana.

El señor Hunold, harto ya como muchos otros de las tonterías lingüísticas, y promotor en gran medida del actual éxito de las islas como destino preferido por los turistas germanos, se ha destapado a favor del sentido común, y en contra de todas aquellas medidas que no favorecen en nada a ninguno de los implicados.

Ahora resulta que los miembros de Plataforma per la llengua están indignados con dichas declaraciones, porque las han tildado de maltrato, injurias y rozando la xenofobia. Por ello, van a facilitar la posibilidad a través de su página web de buscar alternativas para hacer los mismos trayectos sin usar los servicios de Air Berlin. Y yo me pregunto: ¿Alguien dejará de volar con esta compañía por esta razón? ¿De verdad cree Plataforma per la llengua que un pueblo que se ha sacado los cuernos por conseguir descuentos de residente, que esta llorando por una bajada de los precios de los trayectos interislas, y que prefiere que no le den de comer en vuelo para conseguir que el precio del billete básico sea más barato, va a pagar más, o dar marcha atrás por el simple hecho que la señorita azafata le diga “Abróchense los cinturones”?

Me niego a rebajar el nivel de inteligencia de la ciudadanía de las islas a tal irrealidad. Espero, solo, y deseo, que Air Berlin sea la primera de otras muchas empresas que se revelen contra el adoctrinamiento, y que no permitan que intereses partidistas y muy focalizados en asociaciones y plataformas como la nombrada, intenten intervenir en sus políticas comerciales, y menos en temas de libertad lingüística.

viernes, 6 de junio de 2008

Cambio de careta

No hay mañana que no nos despierte una noticia escandalosa acerca de los hidalgos de la corrupción en Baleares. Y da la casualidad que dichos escándalos se destapan cuando un gobierno debe cederle los bártulos a otro nuevo, normalmente de diferente color político.

No sé si es peor darse cuenta de las manos en las que se encuentra el futuro de nuestra sociedad, cada día más castigada por decisiones ilógicas y caóticas que afectan directa o indirectamente al bolsillo de los más desfavorecidos, o escuchar cómo el resto se dedica a desmentir, difamar, promover o acallar rumores en miles de tertulias y columnas de opinión. A veces, de sus palabras, parece resurgir un cierto sentimiento viciado, una mezcla entre nostalgia, patriotismo rancio y envidia.

Tal vez esta legislatura nos deje muchas más noticias del mismo calibre, pero lo que si es seguro es el carácter combativo de nuestros políticos actuales, que de cualquier noticia hacen bandera, de cualquier grupúsculo, ejército, y de cualquier ideología, sientan cátedra. Menos mal que seguimos contando con una serie de medios de comunicación que les siguen el juego: en esto, como en casi todo, cuántos más, mejor.

Por eso me pregunto si nuestra labor como votantes útiles no sería la de negarnos a entrar en ese juego en el que cada cierto tiempo se intercambian las caretas entre un partido y otro, entre una coalición y otra. Quizás, como ciudadanos útiles, deberíamos ser más conscientes de lo que significa darle la confianza a uno u otro político.