Muy diferente era la actitud cuando surgieron casos de presunta corrupción en el gobierno del señor Matas. En aquellos momentos, animaron y alimentaron el escándalo y la propaganda sobre las malas artes de los políticos del PP, solicitando claridad, haciendo uso de los medios de comunicación para solicitar explicaciones. Y no es criticable, la verdad, que su actitud fuera en pro de conocer la verdad.
Pero esa moral que les llevó a desenmascarar a los contrincantes políticos deberían usarla para juzgar los casos de corrupción que les están creciendo bajo los pies, tanto en su propio partido, como en los que forman gobierno junto a ellos. El problema es que señalar con el dedo acusador a sus socios de gobierno podría dejarles en una situación realmente inestable, próxima al precipicio político. Y entenderán que en esos casos, hacer uso de la moral no es conveniente, ni práctico.
Me cuesta entender cómo los votantes de UM no piden explicaciones a sus directivos imputados, ante el cierre de filas y despotismo con el que están actuando sus representantes. Me cuesta también creer en una salida honrada de esta situación. Cabe esperar cualquier pirueta, tirabuzones pactados para conseguir, mientras puedan, mantenerse subidos a la cuerda. Algún día, los movimientos ciudadanos, haciendo uso de su capacidad cada vez más organizada, cortarán los hilos que atan a estos personajes a sus cargos. Regeneración democrática, en Baleares, más necesaria que nunca.