miércoles, 29 de octubre de 2008

Chas! Carrillo.

Qué traicionera es la memoria y cuan difícil es argumentar las sensaciones. El histórico líder del PCE ve "un error" llevar la Memoria Histórica a los tribunales y dice tener la conciencia "completamente tranquila". Quizás no quiere remover la tierra que sepultó parte de nuestra historia hace años, no vaya a ser que el asunto le remueva a él las entrañas, y le falte el aire, y se atragante con las noticias que vayan surgiendo de las fosas. El asunto Paracuellos, como tantos otros de los dos bandos, pueden resucitar fantasmas que aun siguen muy vivos, y que se alimentan del odio contenido, de las luchas partidistas y de los silencios rotos.

Carrillo, muy a su pesar, a mencionado la soga en casa del ahorcado, y seguramente el tema no se frene aquí, sino que las declaraciones atraigan otras nuevas, y los personajes implicados en todo este debate de memorias, se convierta en otro drama histórico.

Remover algo que se cerró, de la mejor manera posible, con la transición en España, hace que todo lo que se ha construido encima de esas fosas se tambalee. Pensemos antes de definirnos en todo lo que conlleva retomar temas enterrados, porque a veces las decisiones deben tomarse siguiendo lo que nos dicta el sentido común.

Carrillo, y tantos otros que estos días deben estar remojando sus barbas, deberían hacer mutis por el foro y desaparecer de un debate que sólo debía ser una campaña de marketing para el supernjuez, pero que se está convirtiendo en mal de muchos.

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