jueves, 14 de mayo de 2009

No se aclaran

Los despropósitos sindicales no tienen límite conocido, y más cuando se trata de asegurar su financiación y sus acuerdos con los diferentes gobiernos, siempre de izquierdas. En ellos se hace presente esa máxima de “Lo que importa no es lo que se dice, sino quién lo dice”.

Y en estas últimas semanas, ni siquiera es importante lo que se dice, sino dónde se dice. El caso es que estamos viendo a los dirigentes de los diferentes sindicatos de las islas aparecer en actos de apoyo a la lengua como herramienta de convivencia y cohesión social, patrocinado por la OCB (conocida por buscar la cohesión, sin lugar a dudas), cuando días antes declaraba abiertamente que no apoyaban el decreto del catalán. Quizás las diferentes federaciones, más en contacto con los trabajadores, tienen una visión real de los conflictos lingüísticos que se crean ante decretos como el ya mencionado, mientras que los dirigentes están más por la labor de asegurarse los acuerdos, la financiación y las buenas relaciones con las diferentes instituciones, entre las que se incluye la OCB.

Algún sindicato ya emprendió acciones legales en contra del decreto, y otros están estudiando la viabilidad de hacerlo. Seguramente todo esto se disipará en la nada, se pactará en altas esferas y se llevará al ritmo que marquen los que nada tienen que ver con la realidad laboral de la sanidad en nuestras islas.

Los sindicatos, como los actuales líderes políticos de nuestras islas, viven en una realidad paralela, y en ella resuelven sus conflictos con el idioma que mejor se les da, el económico.

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