lunes, 7 de julio de 2008

El día después

El otro día hablaba sobre las expectativas que se nos presentaban ante el congreso del PSOE. Tras los análisis realizados por la mayoría de los entendidos, se han deshecho entre discursos abstractos y vacíos, llenos de retórica de diseño y marketing ideológico. Las cuotas, antes referidas únicamente al género, se han multiplicado: debe haber gente joven, mujeres, inmigrantes…creo que lo único que no se han planteado es que por encima de todo tienen que ser competentes.

La lectura, lejos de ser pesimista, se apoya en realidades de actualidad objetiva, como que el paro y los problemas económicos han vuelto a convertirse en un clásico entre los problemas que más preocupan a los españoles. Zapatero pierde el debate de la calle, y es por eso que sus medidas huelen ya a populismo de rebajas. En esos casos, como no podría ser de otra forma, lo que preocupa no es lo que se ha expuesto, sino lo que se ha dejado de exponer.

El gobierno en pleno se ha ido de campamento, y se dedica a jugar con todos los españoles: Cuando debe dar explicaciones, juega al tabú (en el que se debe explicar un concepto sin nombrar según que palabras), cuando se trata de temas energéticos, el señor Sebastián nos deleita con una partida de streap póker, mientras Magdalena Álvarez se entretiene con trenecito nuevo, y Solves agudiza su ingenio con Sudokus.

Con esos precedentes, no me extraña que la votación a favor del proyecto de Zapatero en el PSOE haya sido casi unánime. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

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