De acuerdo o no con las ideas políticas del PSOE, la mayoría coincide en afirmar que la nueva hornada de políticos socialistas es muy diferente a la que nos acompañó en los primeros años de democracia. No son, ni llegarán a ser nunca, Solana, Almunia, Solchaga o Leguina. Son diferentes, catalogados ya como una nueva raza política.
La mayoría de ellos vienen de deambular por las juventudes del partido socialista, por las uniones locales, los comités electorales y demás grupúsculos destinados a enarbolar las acciones llevadas a cabo por su partido, y criticar al resto, haciendo uso de cualquier tipo de artimaña amoral para desprestigiar al adversario político. En eso, y teniendo buenos maestros, están bien entrenados. La mayoría de ellos vivían pendientes de que los más aptos hiciesen carrera fuera del partido, favoreciendo así su ascensión. No se preocuparon de buscar un puesto de trabajo fuera del partido, porque éste les ofrecía las posibilidades que les evitarían tener que competir en aptitudes con otros pretendientes; el partido les estaba aleccionando para cosas más importantes, con más eco social y mediático.
Así consiguieron destacar en un partido donde tampoco es difícil hacerlo. Consiguieron que sus formas, sus métodos y su sintonía con los que estaban al mando del partido les proporcionase puestos cada vez más relevantes, sin apenas demostrar su valía, sin oficio, pero saboreando desde el primer momento el beneficio que ello conlleva. Muchos jóvenes, atendiendo a sus caras de idealistas utópicos, se pueden ver reflejados y sentirse representados en un gobierno que siempre les había parecido muy lejano. Nadie pregunta acerca de sus capacidades, eso no importa. A nadie parece preocuparle su ineptitud a la hora de resolver conflictos, de proponer reformas, de aportar soluciones o abrir debates coherentes sobre el futuro de sus conciudadanos. Pero son tan majos…
Y así han conseguido, paso a paso algunos, y otros a grandes saltos, colocarse en poltronas lejanas ya a sus inicios, paseándose cómodamente entre el poder desde jóvenes, inexpertos en el mundo laboral y sus miserias, y lo que resulta más contradictorio, superfluos y habituados a vidas no contemporáneas, redibujando el perfil de los que, en teoría, velan por los intereses de todos nosotros.
De ahí a que una miembra del gobierno nos ilumine el futuro hablándonos de una conjunción planetaria había un solo paso, y hace mucho que lo dimos…¿por qué les dejamos seguir caminando en esa dirección?
La mayoría de ellos vienen de deambular por las juventudes del partido socialista, por las uniones locales, los comités electorales y demás grupúsculos destinados a enarbolar las acciones llevadas a cabo por su partido, y criticar al resto, haciendo uso de cualquier tipo de artimaña amoral para desprestigiar al adversario político. En eso, y teniendo buenos maestros, están bien entrenados. La mayoría de ellos vivían pendientes de que los más aptos hiciesen carrera fuera del partido, favoreciendo así su ascensión. No se preocuparon de buscar un puesto de trabajo fuera del partido, porque éste les ofrecía las posibilidades que les evitarían tener que competir en aptitudes con otros pretendientes; el partido les estaba aleccionando para cosas más importantes, con más eco social y mediático.
Así consiguieron destacar en un partido donde tampoco es difícil hacerlo. Consiguieron que sus formas, sus métodos y su sintonía con los que estaban al mando del partido les proporcionase puestos cada vez más relevantes, sin apenas demostrar su valía, sin oficio, pero saboreando desde el primer momento el beneficio que ello conlleva. Muchos jóvenes, atendiendo a sus caras de idealistas utópicos, se pueden ver reflejados y sentirse representados en un gobierno que siempre les había parecido muy lejano. Nadie pregunta acerca de sus capacidades, eso no importa. A nadie parece preocuparle su ineptitud a la hora de resolver conflictos, de proponer reformas, de aportar soluciones o abrir debates coherentes sobre el futuro de sus conciudadanos. Pero son tan majos…
Y así han conseguido, paso a paso algunos, y otros a grandes saltos, colocarse en poltronas lejanas ya a sus inicios, paseándose cómodamente entre el poder desde jóvenes, inexpertos en el mundo laboral y sus miserias, y lo que resulta más contradictorio, superfluos y habituados a vidas no contemporáneas, redibujando el perfil de los que, en teoría, velan por los intereses de todos nosotros.
De ahí a que una miembra del gobierno nos ilumine el futuro hablándonos de una conjunción planetaria había un solo paso, y hace mucho que lo dimos…¿por qué les dejamos seguir caminando en esa dirección?