jueves, 16 de julio de 2009

Campamentos integristas

De todos es sabido que ciertas actividades promovidas por el Ayuntamiento de Palma suelen estar dotadas de un cierto carácter disgregatorio, como lo demuestra lo sucedido con los campamentos de verano que organiza dicho Consistorio, y denunciado hace unos días por varios miembros del PP.

Esta vez se trataba de una semana de vacaciones en el refugio de La Victòria, en Alcudia, para catalanoparlantes, en las que se han dado por llamar “Colonias Lingüísticas”. Dichas colonias han sido organizadas por la Concejalía de Cultura, y según he podido leer tienen un coste de unos 35 euros. En cambio, el mismo campamento ofertado por el servicio de Juventud del Consistorio palmesano que incluye los mismos servicios que el anterior cuesta 90 euros, y en este caso no discrimina si el usuario es o no catalán o castellanoparlante.

Eso deja la situación de la siguiente forma: si yo soy catalanaparlante puedo elegir entre un campamento de 35 y uno de 90. En cambio, si por desgracia no lo soy, no tendré mas remedio que abonar los 90 euros o quedarme en casa de los abuelos esa semana.

Ni que decir tiene que nadie puede entender cómo el mismo ayuntamiento propone actividades con diferentes condiciones, no solo de coste, para dos tipos de ciudadanos. Así pues, parece ser que el hecho de que en la actualidad estemos gobernados por un cúmulo de grupúsculos, cada uno con sus propios intereses, está sirviendo de caldo de cultivo para que se produzcan este tipo de sinrazones. El ayuntamiento clasificando a los ciudadanos a su antojo para dirigir hacia ellos los mismos servicios a diferentes precios. Eso estaría bien, si es que se llega a implantar, llevarlo a otros campos de la vida pública.

Se me ocurre, por ejemplo, que podrían cobrar los impuestos dependiendo del peso del ciudadano, del número de pie, incluso de la altura, porque todo esto afecta al uso que cada uno le damos a los servicios públicos de los que disponemos. Y con algo más de tiempo mi mente podría crear algunos paralelismos mucho más sangrantes, pero eso no sería sano, ni para mi ni para quien lea estas líneas.

Así que nada, tendremos que seguir acostumbrándonos a leer este tipo de noticias, que cada día sorprenden menos y se producen más a menudo.

martes, 7 de julio de 2009

Cable a tierra

Si hacemos caso a las noticias surgidas estos últimos días en relación a los acontecimientos en el seno de UPyD, cualquiera podría pensar que se ha iniciado el descenso de esta formación y de su progresión de crecimiento. Tanto es así que hay quien habla de que ha saltado por los aires el partido que presumía de ser una tercera vía para los desencantados del PP y del PSOE.

Todo tiene que ver con el abandono político de Mikel Buesa, quien posiblemente preso de un estado de tensión con la coordinadora del partido en Madrid, ha lamentado algunas actuaciones y la falta de apoyo recibido. Parece ser que se va para no volver, como algunos otros que también se fueron dejando un rastro de acusaciones poco objetivo. Y es que no debemos olvidarnos de recordar, o de olvidar, según se quiera.

Hace ya varios meses, UPyD ha empezado a ser un caramelo para todos aquellos que hacen de su persona referente de sus ideas, que descuidan los valores en su ascenso a las cimas, y una vez allí reclaman lo que no han sido capaces de ofrecer en su camino. Mikel Buesa fue uno de los primeros integrantes con cierto peso político de esta formación, y no tuvo inconveniente en hacer servir esa condición para formar parte de cuantos puestos de relevancia se le ofrecieron. Y así fue hasta que ha tenido una discrepancia, o un par de ellas, con los que hasta ahora eran sus compañeros de escalada.

Resulta extraño ver como esa vía alternativa que se está formando se nutre en su mayor parte de descontentos que, a su vez, han visto frenada su subida, o descuidados sus feudos cuando han necesitado de un mayor apoyo. Todos los que hemos formado, o formamos parte de esta formación, hemos comprobado desde sus inicios como ha habido personas que se han desvinculado, algunos de ellos por incompatibilidad de ideas, por algunas diferencias insalvables o porque la evolución no ha sido la esperada, y dentro de los límites de lo razonable, siempre se han admitido críticas y se han permitido las discrepancias. El problema está en que la crítica venga acompañada de artimañas y malas artes, y en la búsqueda de la publicidad sobre cada uno de los hechos que tienen lugar en torno a dicha disgregación.

Por eso, y aun sin conocer a fondo las razones que impulsan a estas personas a desvincularse de las ideas genéricas del partido, creo que las formas les hacen perder la razón, y que el sentido último de una formación como esta era devolverle al ciudadano el poder democrático que otras formaciones no le permitían sustentar. Todo aquello que un día fue idea, ahora es realidad, y puede seguir siéndolo tanto tiempo como queramos todos, tanto como consigamos mantener el clima de consenso que dio lugar a lo que hoy es una fuerza política emergente.

Intentemos entre todos no olvidar lo que nos ha unido, y dejar a un lado las diferencias, tanto de formas como de pensamiento. Tenemos un congreso en breve donde todos podremos hacer valer nuestra opinión. No lo hagamos fuera, como otros partidos, porque igual que ellos podemos contagiarnos del virus del poder, y de su locura.

Ánimo a los que se quedan, y suerte a los que emprenden un camino distinto, espero que al final la meta sea la misma, y podamos saludarnos de nuevo al conseguirla.